LA VIDA ESCOLAR. |
La escuela primaria no puede empezar antes de que el niño alcance una cierta madurez. El hecho de que empiece cuando el niño cumpla una edad determinada constituye uno de los problemas del sistema educativo y explica numerosos fracasos escolares.
Para ir a la escuela , el niño necesita un grado de socialización suficiente que le permita integrarse en el grupo. Debe tolerar la presencia de los otros niños sin agresividad ni frustraciones.
El proceso de separación de la madre debe estar lo suficientemente avanzado para permitir la ausencia del hogar durante varias horas. Muchos problemas que presentan algunos alumnos el primer dia de clase tienen en este punto se explicación.
Por otra parte, el niño ya debe elaborar una cierta capacidad de identificación con otras personas adultas, es decir, aceptar su presencia y poder de decisión. Algunos escolares, que todavía no han asimilado el principio de realidad en el trato con sus padres, sufren un choque ante la presencia del profesor, al que ve como un enemigo.
La personalidad del escolar debe tener la estabilidad suficiente para soportar la crítica, que dentro del aula va a ser fuerte. Por un lado se enfrentará a la crítica de los adultos, el maestro y los padres; por otro, a la de sus compañeros que utilizan una crítica abrupta y feroz.
Por supuesto, el escolar necesita un grado de madurez intelectual. Tampoco es preciso que sea demasiado alta; basta que el niño pueda distinguir en cada momento entre el juego y el trabajo.
La motivación escolar.
El niño no decide ir a la escuela, pero puede ir a clase más o menos a gusto. Esta motivación, positiva o negativa, depende de varios factores.
Importa ante todo la actitud de los padres. Si están muy interesados en que el proceso de escolarización del niño sea armonioso, el niño aceptará seguramente sus nuevas obligaciones. En contrapartida, puede decir que la mayoría de faltas de asistencia a clase se deben al escaso interés de los padres hacia la escuela.
Lo que más motiva al escolar para asistir a clase es la posibilidad de relacionarse allí con otros niños de su edad. El niño necesita saber quién es y lo averiguará dentro del grupo y en el juego.