Cariño
y estimulación.
El niño cuando nace es un ser tan desvalido que cualquier cosa que necesite para vivir se al han de proporcionar los demás. Hay unas necesidades físicas evidentes, pero también hay una gran necesidad de cariño y estimulación, factores sin los cuales el niño se atrasará irremisiblemente en su desarrollo intelectual y n su desarrollo afectivo social.
El niño tiene sentido especial para captar el cariño. Cuando se siente querido se siente a gusto y esto le permite reconocer y estructurar todo aquello que es exterior a él mismo. Posteriormente el afecto constituye una especie de premio o castigo sobre su forma de obrar, a la vez que contribuye a darle seguridad. El papel de la madre en estos primeros meses es fundamental.
La
comida
Además de las necesidades de cariño y estimulación que acabamos de ver, el niño necesita cubrir todas sus necesidades biológicas. Una de ellas es al comida. La cantidad y calidad de esta es tema del pediatra. Aquí nos interesa la forma de dar la comida al bebé.
Sobre esto, no todo el mundo está de acuerdo. Algunos recomiendan dar las comidas siempre a la hora exacta y otros, en cambio, consideran mejor darlas en el momento el que lo pida el bebé. Sin caer en ninguno de los dos extremos, lo más razonable es que el bebé tenga un horario bastante fijo, y hacer posible que sea atendido por la misma persona y en el mismo lugar.
El
orden
Es fundamental en la educación del niño, pero todavía es más importante en los primeros meses de vida, pues la situación del alimento es una de las primeras que reconoce el niño y es recomendable favorecer que esto ocurra cuanto antes.
El
sueño
Algo parecido a lo dicho sobre la comida puede decirse sobre el sueño.En general, el niño duerme más cuanto más pequeño es, pero siempre debe dormir mucho. Un niño de un año duerme todavía más de doce horas diarias. Es aconsejable mantener al niño siempre dentro de su horario de sueño y no tenerlo despierto para que lo vean las visitas o dormirlo cuando moleste.
Lo normal es dormir después de cada comida y poco a poco irle reduciendo algo de sueño hasta que a los dos años el niño duerma durante la noche y la siesta.
Es importante el momento en el que el niño se despierta. Normalmente, un adulto anda unos momentos desorientado cuando se despierta, pero esto, en el niño, llega al grado extremo. La presencia de la madre, que es siempre el mejor punto de referencia para el hijo, le ayudará a encontrarse más rápidamente.
La
limpieza
Es importante también mantener un horario fijo del cambio de pañales y limpieza del niño.