AFECTIVO | ![]() |
SOCIAL | ||
A nivel e interés y placer, el niño ha ido pasando de la satisfacción oral (a través de la boca) al placer genital de todo lo relacionado con el control de esfínteres. En esta edad, el niño se fija en sus órganos genitales y, por supuesto, en los del sexo opuesto. Recordamos que ha tenido que superar una crisis, porque su madre no le pertenece por entero y no le dedica una atención exclusiva. A partir de ahora el padre adquiere un valor que antes no tenía: representa un orden exterior al mundo del niño. A los cuatro años, el niño ya es capaz de comprender la ausencia. Antes, un objeto o persona que no estaba a su lado, no existía, pero ahora ya sabe que puede no estar presente y seguir existiendo. Este proceso, referido al padre, es muy importante. El niño ha descubierto las diferencias sexuales y, por otro lado, sigue luchando por su emancipación, lo que le lleva a examinar la realidad exterior. El elemento que controla esta realidad exterior, para él, es el padre. El padre no está tan involucrado en al relación bienestar/satisfacción de necesidades como la madre, sino que aparece y desaparece para dar apoyo o establecer la ley y el orden del exterior. De alguna manera simboliza para el niño la justicia.
El niño, a esta edad, pasa de una orientación centrífuga -dirigida hacia el mundo exterior o el mundo de los objetos- a otra más centrípeta, orientada hacia la construcción progresiva de su propio yo y de sus relaciones afectivas. Un siguiente paso consiste en la imitación de los modelos que tienen más éxito que los suyo. En realidad cuando juega a imitar a otros, quiere sustituir a las personas que admira. Esta edad es muy importante para la formación de la personalidad del niño, De ahí la posibilidad de que surjan conflictos que pueden originar complejos. |