EL LENGUAJE DEL ADOLESCENTE.
Otra característica potenciada por la pandilla es la utilización de un lenguaje codificado que unifica la pandilla y aísla a los adultos. Un paso posterior lleva al muchacho a utilizar la jerga mucho más común del adolescente en general, en la que aparecen y triunfan, si bien de manera efímera, nuevos vocablos que son sustituidos en cuanto los adultos se adaptan a ellos.
Así mismo, en esta época de afirmación surge en los chicos el taco, palabra diferenciada de la jerga, cuyo fin reside en la mera afirmación de la personalidad. Normalmente, esta afirmación disminuye en presencia del padre, lo que nos viene a demostrar, una vez más, que el adolescente intenta salir de la infancia para identificarse con el mundo adulto.